La amigdalitis es una enfermedad que puede ser causada por diferentes factores, tanto bacterianos como también virales, produciendo que las amígdalas sufran una hinchazón notoria, acarreando un fuerte dolor en esta zona. Ante los primeros síntomas relacionados con esta enfermedad deberemos acudir a nuestro médico para mayores precisiones, consejos y posibles tratamientos.
Las amígdalas son un órgano situado detrás de nuestra cavidad bucal en lo que ya es considerado faringe, su función principal es la de evitar invasiones bacterianas a través de vías respiratorias y digestiva. Al verse expuestas a esta gran cantidad de bacterias, muchas veces son afectadas de forma crónica y necesitaremos acudir a una intervención quirúrgica sencilla, extrayendo totalmente el órgano.
Siempre es importante detectar cada uno de los síntomas de malestar ante un posible cuadro de amigdalitis, siendo como más representativo el intenso dolor de garganta e hinchazón de los ganglios situados en esta zona. A su vez también, y de acuerdo al grado de evolución de la enfermedad, nos podremos encontrar con dificultades al momento de respirar, así como también la aparición de cuadros febriles.
Los síntomas de la Amigdalitis en combinación muchas veces generan dificultad al paciente a la hora de comer, teniendo en cuenta que las amígdalas obstruirán gran parte de la cavidad a través de la cual el bolo alimenticio comienza su viaje en el cuerpo. La amigdalitis también se ve estrechamente relacionada a la aparición de ampollas con pus en estos órganos, complicando mucho más el proceso de alimentación y respiración en el paciente.
Previamente al comienzo para curar la amigdalitis, deberemos acudir a un médico para dilucidar si sufrimos de amigdalitis aguda o crónica. Ante la aparición de un cuadro del primer caso (Amigdalitis aguda), el médico nos aconsejará la ingesta de antibióticos y analgésicos orales, así como también una buena hidratación y un cuidado con nuestra alimentación.
En caso de padecer de un cuadro de amigdalitis crónica, se deberá acudir a un tratamiento un tanto más complejo, sometiéndonos a una sencilla operación de extracción del órgano afectado.
Los métodos para prevenir la Amigdalitis se ven estrechamente relacionados a un saludable estilo de vida. Se aconseja alejarse un tanto de las bebidas con alto contenido de alcohol, así como también del tabaco y comidas chatarra.
Mediante una dieta equilibrada y rica en vitaminas, y a su vez acompañando con la realización de actividades deportivas, podremos reducir en gran porcentaje las probabilidades de aparición de esta enfermedad.