La influenza es una enfermedad altamente contagiosa relacionada con animales mamíferos y aves, la cual puede presentar diferentes grados de peligrosidad en el humano y deberá ser tratada desde un principio con sumo cuidado. Dicha enfermedad suele hacerse presente en mayor medida durante los meses más fríos del año, acarreando molestias en las vías respiratorias, así como también la aparición de cuadros febriles y hasta malestares estomacales.
Los principales síntomas de la influenza se ven relacionados a dolores de garganta y cabeza, así como también un malestar muscular general. Esto muchas veces se ve acompañado de fuertes cuadros de congestión y fiebre elevada.
Los síntomas pueden verse agravados de acuerdo a la edad de la persona, presentándose de forma más violenta en pacientes de corta edad. En niños pueden observarse hasta síntomas como las dificultades respiratorias, diarreas e incluso reiterados vómitos.
La influenza es un gran causante de tos y malestar general en las vías respiratorias de la persona, a causa de esto es que la enfermedad representa un elevado peligro de contagio dentro de todo grupo social. La influenza se puede transmitir a través del aire en cercanía a una persona afectada, expandiéndose a gran velocidad.
Cabe destacar que no existe un tratamiento específico ante la aparición de un cuadro de influenza, es por esto que se deberá acudir a un médico para dilucidar el nivel o categoría de la enfermedad. Muchas veces se recetará simplemente reposo por parte de la persona afectada, así como también acompañarnos de una buena hidratación y alimentación saludable.
En otros casos se deberá recurrir a la aplicación de antivirales, hecho que como bien decíamos anteriormente, debe ser consultado con nuestro médico.
Los métodos para prevenir la influenza se ven relacionados directamente a la higiene personal, el lavado constante de manos es una de las sugerencias más destacables. A su vez se deberá intentar evitar compartir cubiertos con otras personas, al menos no sin antes ser lavados.
El uso de productos desinfectantes en nuestro hogar puede ser de gran ayuda, aplicando sobre diferentes superficies y así evitar contagios al entrar en contacto. Esto también deberá ser acompañado por una correcta ventilación del hogar y la entrada constante de luz, reduciendo considerablemente los posibles focos de desarrollo del virus.
En caso de encontrarnos afectados por influenza, se aconseja mantener tapada nuestra boca al momento de interactuar con otras personas, barbijos o bufandas pueden ser de gran ayuda.